Julieta

La cabeza de Julieta es un olla de agua hirviendo con fideos de colores. Hay contradicciones que son como las calles de un barrio que se cruzan entre sí de manera diagonal y algunas veces sin salida. Y hay certezas enormes, gigantes como autopistas. Y como autopistas, sus certezas unen ciudades de fantasía. Sus palabras no logran sacar todo eso que guarda su cabeza. Julieta se te escapa.

No pudieron educarla porque se educó sola. Cuando quisieron decirle qué era lo que estaba mal y qué cosa era el bien, no tuvo caso. La niña es un machete abriéndose paso en la espesura. Mira hacia arriba y ve el abismo. Sin dios, elije influencias, adquiere gustos, piensa en sí misma y se moldea. Julieta se construye.

La piel de Julieta es suave y familiar. Amable. Si la toco no puedo darme cuenta hasta qué punto yo toco su piel, o es su piel la que me toca.

Reniega de la sensualidad y elabora la suya propia. Julieta es una. Juega a ser otra y en todas esas otras es Julieta. Cuando se ríe puedo ver cuánto lo necesita, cuánto sufrió y cuán opaco y sutil es su dolor. Julieta se protege. En su risa todavía aparece la niña que juega a ser grande, que juega con los temas importantes de los adultos, que juega a que se toma en serio las cosas estúpidas de los adultos. Julieta no se deja engañar jamás.

Donde nadie ve, mira. Donde todos ríen, encuentra motivos para llorar. Sabe.

Crea palabras, ideas, crea lazos. Se siente cansada pero no se sienta. Si por algo queda paralizada, pronto encuentra impulso y se sacude toda y sigue. Julieta está sola.

Forma parte de esa minúscula minoría que acumula la mayor cantidad de vida. Y es que simplemente está más viva que casi todo el mundo. Mira más, escucha mejor, siente más. Su forma de amar parece anormal, pero es sólo que es más fuerte. A eso no lo puede manejar. Es la belleza y la oscuridad. Como si fuese el resumen de la humanidad, en ella habitan la pureza y la putrefacción, las dos en enorme e igual cantidad.

En el mundo hay algunas como ella pero no se cruzan. Si llegaran a cruzarse en una avenida entre mucha gente sería el fin. Julieta rompe. Desconfía, como se desconfía en la batalla. Conquista. Julieta es el ejército de un imperio.

Y así y todo, en el abismo, Julieta duda.